viernes, 19 de febrero de 2010

¿Crimen o muerte digna?

*EUTANASIA. Esta práctica es una forma de homicidio, pues implica que un hombre de muerte a otro.

por Diana Aguilar

La eutanasia es un tema controversial tanto en la sociedad como desde el punto de vista religioso, pues es la decisión más difícil que toman ciertos individuos al ponerle fin a su vida cuando estos se encuentran en fase terminal, ya sea por sufrir alguna enfermedad o cuando yacen en estado vegetativo, los cuales ya no tienen ninguna esperanza de vida. Quienes la defienden sostienen que el fin de este acto es evitar sufrimientos insoportables o la prolongación artificial de la vida a aquel enfermo, presentando tales situaciones como contrarias a la dignidad.

También sus defensores sostienen que para que la eutanasia sea considerada como tal, el enfermo ha de padecer, necesariamente, una enfermedad terminal o incurable, y en segundo lugar, el personal del hospital ha de contar expresamente con el consentimiento del enfermo para poder llevar a cabo este acto.

En entrevista con el Obispo de la Iglesia Ortodoxa de San Pascualito, José de Jesús León Aguilar, comentó que la iglesia no esta de acuerdo con este acto pues se contrapone con los ideales de vida y del ser humano, “la Iglesia considera a la eutanasia como aquella actuación cuyo objeto es causar la muerte a un ser humano para evitarles sufrimientos, a petición de éste, por considerar que su vida carece de calidad para que merezca el calificativo de digna. Esta práctica es una forma de homicidio, pues implica que un hombre de muerte a otro, mediante este acto reprobable”.

Hoy en día la eutanasia ha tenido diversas posiciones, en cuanto al religioso la legalización de esta práctica no ha sido favorable, pues opinan que dios es vida y solo él puede coartarla. También que cualquier individuo quiera quitarse la vida solo por gusto y no por una causa mayor, como lo es una enfermedad terminal que amerita la muerte voluntaria con el fin de no sufrir una larga agonía.

Pero hay quienes consideran que ayudar a morir dignamente a una persona con alguna enfermedad incurable significa, sobre todo, mitigar su sufrimiento evitándole semanas o meses de agonía, ya que se piensa que los seres humanos tienen derecho a una muerte sin dolor y a disponer de su propia vida.

“Su lucha por impedir su aprobación legal, argumentan que al estar la eutanasia disponibles, esto daría lugar a que algunos sujetos presionaran a sus familiares para que acepten morir, poniendo de relieve la dificultad de establecer controles estrictos para probar la influencia de otros sobre la decisión del paciente. Otras personas desearán morir porque sufren de depresión clínica, invalidando esta condición una decisión consciente”, comentó León Aguilar.

Es necesario tomar en cuenta que en ocasiones la ciencia médica no puede hacer nada para liberar a las personas de padecimientos mortales, y la lucha infructuosa sólo les acarrea más sufrimientos. En estos casos se sugiere aceptar que muchas veces no se puede curar, por lo que es conveniente que la naturaleza siga su curso dejando morir al paciente. Pero hay familiares que prefieren mantenerlos en estado vegetativo, aún en contra de la voluntad del enfermo.

“Vivir es un don de Dios y que nadie está autorizado para inducir la muerte de un individuo aunque padezca una enfermedad incurable. Incluso, cristianos y católicos consideran que el sufrimiento puede tener un valor positivo, pues establecen que es posible que sea una oportunidad divina que nos permite purificar nuestro espíritu”, finalizó.

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