domingo, 11 de julio de 2010

Cigarrillos, humo, cuerdas y otras cosas

Recuerdos de amores pasados I
de Jasmín Ojeda


Recuerdo el olor del tabaco en tu ropa, recuerdo muy bien el olor del tabaco impregnado en ti, recuerdo a tu guitarra Estefanía y recuerdo las noches de trova y melancolía, te recuerdo a ti y recuerdo cuando te conocí, cuando te vi por primera vez, te recuerdo, oh si te recuerdo tan bien, siempre con tu guitarra en el pórtico de la escuela, siempre enamorado de la mujer, enamorado de la música, enamorado de Estefanía, enamorado, así siempre enamorado, así te recuerdo.

La primera vez que te vi, tocabas a la negra Estefanía, siempre te acompañaba en la cajuela del Platina, siempre la sacabas a pasear a la hora de la salida y mucho o pocos siempre alguien había escuchando tu música, el amor, la melancolía, la pasión, el placer, el dolor hecho música, de ellos siempre hablabas, siempre cantabas.

Algunas veces tocabas lo que querías, a veces tocabas lo que te pedían, a veces sólo era melodía, a veces canciones de protesta, de amor, de mil cosas podrías cantar, yo te miraba a lo lejos y sonreía, a veces te escuchaba sentada en el piso cerca con los amigos, a veces a lo lejos mientras hacía mis deberes.

Fue en el último año de escuela cuando coincidimos en el mismo salón y nos hablamos, nos acercamos, nos tratamos y nos conocimos, recuerdo que entre clases, cuando se torno aburrida sigilosamente me pasaste un trozo de papel con una nota y fue así como nos conocimos, y luego el tiempo paso, compartimos el tiempo y tu hermano, mi mejor amigo nos miraba con desconfianza, tal vez con un poco de celo, tu le robabas a su mejor amiga.

El tiempo transcurrió y tuviste dos novias, me hablabas de ellas, yo te hablaba del mío en turno, platicábamos de ellos, de ellas, de amores pasados, de amores viajeros, platicábamos de nosotros, platicábamos con nuestra amiga en común, siempre sentados los tres formando un misterioso triangulo de enigma y risas, los tres jugábamos, siempre nos regañaban y a veces nos decomisaban los papeles, mensajes perdidos.
En algún momento perdido en el espacio dejamos de ser amigos y ni cuenta nos dimos, dejamos de intercambiar papeles por miradas, sonrisas y más miradas.

En los recesos siempre salías a fumarte un cigarrillo, con mi ex novio y el chico que siempre quiso ser mi novio, que curioso. Recuerdo que siempre olías a tabaco, y me gustaba, nunca había fumado un cigarrillo, pero podía reconocer cuando estabas cerca por el olor al tabaco, era tu mejor perfume, me gustaba, me gustaba el olor a cigarrillos porque me gustabas tu.

Nunca había fumado un cigarrillo, ni tampoco esa hierba hecha cigarrillo que te hacía volar de vez en vez, cuando hablabas con los dioses, en fin siempre olías a tabaco, y a veces a algo más… el humo siempre estaba cerca de ti o tu cerca de él, en fin, todo es relativo, y tú me gustabas a mí y tu olor también. Siempre te acompañaba un buen cigarro y tu guitarra, eso nunca podía faltarte.

Un día no sé cómo, no sé cuándo, no sé por qué, lo supe, desperté sabedora de que te quería y te quería conmigo, quería consumirte como tu al cigarrillo, que tu música fuera mi música, ya no quería más aventuras, amores efímeros, amores enfermizos, amores transitorios, te quería a ti, si así como tu al cigarrillo, si así te quería, lo supe.
No recuerdo cómo lo descubrí, pero me entere y cuando me di cuenta ya te lo había dicho, te dije que me gustabas, que me daba miedo pero que me gustabas, que te quería, te lo dije en esa comunicación que nos caracterizo el mensaje por origami, mi mensaje entre líneas ahora eran directo, objetivo y conciso, recuerdo que me miraste pasmado, catatónico, me miraste y no pudiste decir nada, catatónico así quedaste.

Al otro día me hablaste cuando todos se habían ido, me pediste me quedara un momento a solas contigo, me entregaste una hoja y me pediste la leyera, era un poema, el primer poema que escribías para mi, mi loco poeta, me sorprendí tanto, y supe algo bueno me esperaba al final del día, me pediste me quedara al final del día, me quede y tocaste para mí una canción Después, era la canción con la que me mataste y me volviste a la vida, supe que me querías.

Pronto me llenaste de canciones, de poesía, de amor, de fantasía, de todo. Después inicio un romance entre las cuerdas de tu guitarra, tú y yo, nos querías tener a las dos, recuerdo, en los recesos me cantabas y cuando los maestros no estaban, en la hora de salida también me cantabas, siempre tenías una canción para mí.

Recuerdo cuando te dije que sí, en el viaje de nuestra generación, me cantaste al oído Algo contigo, recuerdo cerros, noche estrellada, el viaje completo y mi triste regreso a casa, lejos de ti, de tu música, de tu poesía, de tu fantasía.

Ame tu música, te ame a ti, ame tu poesía, ame ser tu musa y tu mi poeta, tu siempre escribiendo algo para mi… entre cigarrillos, humo, cuerdas y algo más…

2 comentarios:

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  2. me que quedado sin palabras ...
    un nudo en la garganta...
    y aun me acuerdo de ti ...

    buen trabajo...

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